Reloj

miércoles, 20 de enero de 2016

Carta a mi yo adolescente




Ya sé que no eres lo que pareces, porque te escondes. Imaginas que un día tendrás tiempo para mostrarte y bailar sin miedo a lo que dirán, pero pasarán los años y verás que no llega ese día… Porque no te atreves, porque quizá no lo deseas lo suficiente como para arriesgarte a hacer lo que consideras es ridículo… No lo es, nada lo es… El ridículo está sólo en tu cabeza. Y no habrá un día en que te levantes y seas feliz porque todo sea como sueñas. Sé feliz ahora, aunque nada sea como deseas, porque la felicidad es un estado de ánimo, una actitud, un equilibrio, un pensamiento reincidente que hace creer en tus posibilidades.

Quiérete de una vez, vas con retraso y mucho. Y eso te hace ir rezagado en todo, no sabes hasta que punto. El amor que no te das es la energía que te falta para lograr lo que quieres. El día que te des cuenta, lamentarás el tiempo perdido.

También te darás cuenta de que bueno y malo son lo mismo, muy a menudo. La única diferencia es cómo te lo tomes y el partido que le saques a lo que te suceda. Que el momento más terrible viene acompañado de la fuerza para sobrevivirlo. Que el momento más dulce, acarrea un esfuerzo. Tómalos todos como tesoros porque la forma en que los sientas, marcará tu futuro. Ambos llegan con una enseñanza que te será muy útil. No desdeñes las adversidades, te ayudarán a mejorar y te prepararán para vivir… No será fácil.
Presta atención a tus palabras, más de una vez, te sacarán de apuros cuando sepas manejarlas… Ante los demás y ante ti mismo…
Ay, el futuro. Estás obsesionado con él y con dejar a todos los que ahora te miran sin esperar nada de ti con la boca abierta… Déjate a ti con la boca abierta y sal ahora de casa siendo tal como eres… Has puesto tantas esperanzas en en ese futuro que apenas te das cuenta de que vives. Y los años pasan, devoran la vida sin más miedo que el de que esta se detenga.

Tienes miedo, lo sé. Has pagado caro ser distinto. Voy a contarte un secreto… Bueno, dos. No debería, pero no puedo reprimirme (somos tan impacientes y rebeldes). El primero de ellos es que todos somos distintos. Sí, todos. Todos somos diferentes. Lo que pasa es que sólo los más osados se atreven a decirlo en voz alta… Les miramos de reojo y les ponemos motes para ridiculizarles, pero incluso los que más les critican, esos que te miran como si el mundo fuera suyo y no temieran nada, también son distintos. Aunque ellos no tienen la fuerza de los que no se ocultan, son demasiado cobardes para levantar la cara y mirar al mundo de frente y mostrar sus diferencias… No se lo tengas en cuenta, perdónales… No pierdas nuca ni un minuto envidiando y odiando, eso te quemaría por dentro y te impediría brillar como mereces.
Sé osado,  no te arrugues.
El segundo secreto es sobre ti. Algún día tus diferencias tendrán un valor incalculable. Ya lo tienen ahora pero no las enseñas y nadie las conoce. Algún día, aplaudirán tus diferencias porque algunas de ellas formarán parte de tu talento… Y las que no, te habrán sido útiles para curtirte y crecer…  Cuanto antes te des cuenta de esto, antes te mostrarás al mundo y dejarás de sentirte inferior..

Sobre el dolor, uf, es inevitable. Lo siento, no sabes cuánto… El dolor físico y el del alma. Aunque podrás con él, porque eres más resistente y elástico de lo que crees. Siéntelo y escucha que te dice, pero no te dejes llevar por él nunca. Escucha tus emociones y luego, libérate de las que te empequeñezcan.

Ya sé que no te lo parece, pero te preocupan cosas que no son importantes. No quiero menospreciarlas, a mí también me importaron y recuerdo aquellas madrugadas funestas intentando no ser yo mismo porque no me gustaba… Pero la vida es más que eso y te va a dar unos vapuleos y unas sacudidas que lo que ahora te parece enorme, va a convertirse en algo diminuto. No pierdas el tiempo con esas simplezas…

Y no lo malgastes  con gente que no merece que le llames amigo. Escucha a los que ven lo bueno que tienes y no te rebajes a los que buscan en ti alguien a quién destruir para ahogar sus complejos no reconocidos. Los que ahora llevan la voz cantante, algún día puede que queden sepultados por sus egos… La vida da tantas vueltas. Escoge a aquellas personas que te quieran cuando no te necesiten y demuéstrales cuánto te importan.
Algunos de ellos van a decepcionarte y mucho. Te aviso. Vas a quedar exhausto y doblado con algunas personas que ahora son imprescindibles. Aunque no vas quedarte corto tú tampoco. En muchas ocasiones no vas a estar a la altura…

Vas a equivocarte mucho. Tienes que hacerlo. Es obligatorio. Hazlo. Empieza ya porque llevas retraso, guapo. Te mueves tanto en tu metro cuadrado de angustiosa guarida para niños tristes que no consigues nada… Sal y cae. Mientras no caigas no conseguirás nada. A cada golpe que te das, te regalan un vale por algo. A veces, ese algo es un absurdo, una estupidez, pero muchas estupideces te llevan por el camino que debes seguir para tocar tus sueños. Otras veces, cuando caes, te llevas en premio gordo. Es como una apuesta, a veces, cuanto más alta es, mayor es el premio. Lánzate. Reflexiona, piensa qué quieres y si estás convencido, hazlo. Ilusiónate… Lo sé, ya lo haces y eso te lleva a darte muchos golpes, pero no lo dejes, no pierdas la pasión nunca porque te dará la fuerza que a veces te falta para mantener la actitud y el esfuerzo. Esas son la claves para llegar a tus metas, no las olvides.

Demasiadas veces, cuando te has decidido, otro ya se había llevado tu premio. Aunque no era tuyo, era suyo porque tuvo el valor de ir a buscarlo primero.
Si quieres algo, pídelo. No pides nada nunca. Es como si no quisieras molestar ni admitir que lo quieres… Como si te diera vergüenza que los demás pensaran que crees que te lo mereces… Es eso, ¿verdad? Ahora lo recuerdo. Eso te ha llevado a no hacer muchas cosas…
Recuerdo un día que deseabas ir a bar de moda entre tus compañeras de clase. Te invitaron y no fuiste porque ir era como admitir que pensabas que aquel era tu lugar e imaginabas que ellas te echarían, que te dirían a la cara que estaba equivocado y no pintabas nada allí. Que se reirían al verte bailar y ser feliz. Y decidiste no ser feliz aquella noche por si otros pensaban que no lo merecías, por si te vetaban. Sabes una cosa, algunas de aquellas hienas, no eran hienas, eran como tú, pero encontraron otra forma de disimularlo sin esconderse. Y tú les dejaste decidir qué hacías con tu vida, aunque ellas no lo sabían.

Lo hiciste, lo hicimos, muchas veces… No sé si debería decirte esto, pero tranquilo, un día dejarás de actuar así. Te costará mucho pero conseguirás ir al bar de moda y aguantar las miradas. Y una vez consigas eso, te darás cuenta de que puedes conseguir más y superarte a ti mismo… Sólo necesitas dar el primer paso… Descubrirás que te gusta la imprudencia de ser tú mismo, que te atreves, que llegas más lejos de lo que imaginas… Que puedes, que sabes cómo… Tal vez, no deberías saberlo ahora porque vas a confiarte, pero creo que puede ayudarte a seguir porque sé que pasas momentos muy duros dentro de tu caparazón de niño tímido y asustadizo. Un día ese dolor dará la vuelta… Como las hojas que hay colgadas en ese mural del cole, esas que son rugosas por un lado y suaves por el otro… Cuando hayas aprendido a crecer entre baches, descubrirás que el reverso es más liso porque has aprendido mucho lidiando con tus monstruos.
Hazme caso. No son ellos, eres tú quién se pone la zancadilla. Quién decide que no sale al mundo y quién más se censura y critica. Ellos sólo son el reflejo del miedo que ven en tus ojos. Cuando tu miedo cese, sus palabras crueles dejarán de existir y si existen, no las escucharás. Esto es lo más útil que puedo decirte, eso creo, yo también estoy aprendiendo aún y me queda mucho… Estaremos aprendiendo siempre, sin parar. Esto es paseo maravilloso y complicado.


Si quieres, dilo. Si buscas, pregunta.
Si necesitas a alguien, abrázale.
Si tienes miedo, asúmelo y supéralo.
Si sueñas con bailar, baila. Si sueñas con ser feliz, haz lo que haga falta para serlo.
No te quedes con las ganas de nada,  porque el reloj que ahora te parece eterno va rápido. Te parecerá impropio de ti, pero algún  día preferirás pasarte a quedarte corto… Sé honesto contigo mismo y sé fiel a lo que crees que es justo. No te vendas nunca, la conciencia es muy testadura y machacona y conociéndote no lo podrías soportar.
No te comprimas. No te limites. No te cierres. Sé mejor, puedes, quieres, lo harás.
Vamos a hacer cosas maravillosas, pero te necesito en plena forma…
No sé si me dejo, algo. He empezado a hacer revisión por estas fechas y necesitaba escribirte.
Me he puesto tierno y ahora me caen las lágrimas por las mejillas, señal que me importas, de que nos importamos más de lo que creemos.
Dos cosas más para terminar.
Te quiero. Cada vez más. Con todos tus defectos y manías. Me costó mucho, pero ahora que te conozco mejor, me gustas. Tengo muchas esperanzas de mejora puestas en ti. Haces cosas hermosas, cuando te conectas contigo… Estoy aquí, estamos juntos.
Y otra… Esta es también muy importante. Presta atención a las personas que te rodean. No son eternas. Un día te darás cuenta de que das por supuesto que estarán siempre. No es cierto, ya descubrirás que somos vulnerables y que las personas a las que queremos también lo son y que las veces que las has abrazado se te quedan cortas…

Un abrazo Dani