Reloj

lunes, 2 de junio de 2014

Vivir es fácil con los ojos cerrados



Decía John Lennon que “la vida es eso que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes” y quizás tuviese razón tal vez todo pueda ser posible en cualquier momento y situación, incluso cuando las condiciones que te rodean sean precarias o parezca que no hay lugar a la esperanza o el cambio, lo que convierte a la vida en ese milagro increíble que se repite cada mañana al abrir los ojos después de abandonar la oscuridad del sueño nocturno.

Hoy voy a escribir sobre la vida y lo más seguro es que esto no lo vaya a leer nadie, porque es sólo una reflexión de lo que significa la vida para mi, algo personal y muy difícil de transmitir , porque cada uno de nosotros tenemos una experiencia diferente,unas circunstancias y una biografía distinta que influyen en la forma en que contemplamos la existencia.


Sin embargo, escribir es en ocasiones nada más que la necesidad de expresar los sentimientos cuando estos colman el corazón, cuando rebasan los límites del cuerpo y quieren extenderse llevados por el viento , como dice la escritora Isabel Allende “escribo lo que llevo dentro, lo que voy cocinando en mi interior y lo expulso de mi cuando ya no puedo más “.Es extraño y a la vez conmovedor despertarte por la mañana, una mañana como otra cualquiera, sin nada particular que la distinga ni la diferencia de otras muchas mañanas de tu vida , que se confunden en la memoria sin que pudieras rescatar nada más que alguna marcada por un acontecimiento que la convirtió en especial. Pero descorres las cortinas, levantas la persiana, abres la ventana y un sol deslumbrante penetra hasta el fondo de tu habitación y le acompaña ese aire puro, que parece despertar también a la vida. En el cielo las golondrinas se persiguen unas a otras.

Imagino a las golondrinas repartiendo cartas de esperanza a todos los que las miran soñando en una vida mejor, lejos de los problemas de cada día, en un mundo donde las personas dispongan de tiempo para vivir y no sólo para existir, donde el día no se mida por las horas, por las obligaciones, sino por las ocasiones en que hemos podido compartir un sueño, por los momentos en que hemos reído juntos, por esos silencios entre tus seres queridos que tanto acompañan nuestra soledad porque no siempre es necesaria la palabra, la presencia es suficiente cuando dos personas se aman y ningún discurso tiene la fuerza poderosa e invencible de una mano en el hombro o de un abrazo que nos sumerge en el alma del otro.


El cálido astro rey esta ahí anunciándome que empieza un nuevo día, que estoy vivo y ,de pronto, soy consciente del aire que penetra en mis pulmones, de la sangre que se precipita por mis venas llenándome de existencia, de los latidos de corazón que me recuerdan que el mundo esta ahí , esperándome para que lo viva, que formo parte de esa obra maestra que es la naturaleza. No sabría definir ni con un millón de palabras lo que es la armonía, es diferente a la felicidad, a la alegría o al amor. Es tan extraño sentirla, es tan difícil capturarla aunque sea por un breve momento, que puedes llegar a pensar que no existe, y que tienen razón quienes dicen que hay que ser realista y olvidar los sueños de nuestra infancia es el camino correcto para convertirnos en personas responsables y útiles a la sociedad.

Y les escuchas, y vives pendiente de tus obligaciones, y te olvidas de como era el sol del amanecer, y como te reías cuando jugabas en mundos invisibles, y cuando te tendías en el suelo mirando el cielo y adivinabas las formas que se escondían tras las nubes , y cuando cerrabas los ojos por la noche, sin temor al futuro y sin que sintieras el peso del pasado y despertabas por las mañanas a un mundo siempre nuevo , sorprendente y lleno de promesas, cuando la sonrisa de ese niño que te hacía latir más rápido el corazón sin que supieras el motivo te llenaba de una alegría que desbordaba tu mirada e iluminaba cada paso . Pero nos olvidamos de ello ,y durante años permanece enterrado en los estratos más profundos del espíritu, allí donde apenas llega la luz, mientras las preocupaciones cotidianas , lo que llaman la realidad, habitada por las prisas, por la necesidad, por el deseo, por la angustia, convierte la vida en un escenario y a ti mismo en un actor en el que apenas te reconoces.

Pero esa vida que sentías de niño no muere, esos sueños, esa manera de sentir, esa alegría, esa armonía, siguen latentes en tu interior, esperando que le des una oportunidad para salir a la superficie y recordarte quien eres en verdad, que a pesar de todos los problemas, de todos los obstáculos, de los errores cometidos, de los sufrimientos padecidos, de los desengaños o de los sueños abandonados, de las heridas que a todos nos causa la vida , aún eres capaz de amar, aún puedes construir nuevos sueños, aún puedes emocionarte y llorar.

Porque vivir es fácil con los ojos cerrados...


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