Reloj

lunes, 29 de diciembre de 2014

Nunca me canso



A veces sigo porque existes, porque estás, aunque no sea cerca. Porque mientras camino vienen a mi cabeza tus ojos verdes como la mar, porque saber que respiras me calma. A veces, camino porque sueño que mis pasos llevan a tu alma. Camino porque sé que en ti hay un vacío por llenar y quiero habitarlo.
Mi mundo es enorme pero cabe en unas cuantas palabras… Porque sé que en ti hay un cielo oculto bajo nubes grises y altas montañas… Porque casi siempre acierto cuando buceo en tus temores y te pido que des un paso al vacío mientras sujeto tu mano helada. Porque he visto tus fauces y tus
garras y sé que asustan pero no hacen daño… Porque nunca me canso de intentar hacerte feliz.

A veces sé que podré porque sé que crees que puedo. Porque noto tu mano en mi espalda, dándome impulso y acariciándome las alas. Porque cuando ando a tu lado, la lluvia no es tan fría y el camino se hace corto… Porque robo al tiempo cada instante que te veo, intentando fijar en mi memoria de niño tu cara. Porque guardo en mi cabeza, como un tesoro, cada una tus miradas hambrientas y sinceras. Porque cuanto más fiero es el lobo que se aloja en tu esencia sé que más me necesitas… Porque cuánto más aúlla ese lobo, más llora el niño que comparte con él tu esencia… Porque nunca
me canso de quererte.

A veces digo que sí, porque no puedo negarte nada, si no me duele. Porque prefiero arriesgar y perder que quedarme sentado y roto. Porque prefiero caer sin red a nunca saltar o convertirme en piedra y dejar que la hiedra me devore las entrañas.
Porque sé que cuando estás a oscuras, brillas y quiero que el mundo vea ese brillo que yo atisbo cuando abro tus ventanas… Porque nunca me canso de intentarlo.
A veces, bailo en silencio porque la música está en mi cabeza. Porque no importa donde habite, ni el muro que me rodee… Soy libre.

Porque a veces si hay que seguir, se sigue. Si hay que saltar, se salta. Si hay
barro al pisar, se mira al frente. Si hay ramas, se apartan. Mientras haya camino, se camina. Y cuando no lo haya, se dibuja, se imagina, se sueña…A veces, estoy porque estás, aunque disimule y parezca que no escucho y no vibro. Aunque creas que paso de largo y esquivo tus ojos voraces.
Aunque me esfuerce en decir que no importa y cierre las puertas de mi conciencia cuando pasas. Siempre llevo el alma puesta para subir a tu sombra y alcanzarte si te escapas. Porque nunca me canso de rondarte…

A veces, a pesar de que el camino sea largo y duro,  doy pasos de gigante… Sólo a veces…
Porque si es para ti, nunca me cansa.


jueves, 23 de octubre de 2014

Cinco años sin ti



¿Cómo estás? todos los días me pregunto como sería la vida si tu estuvieras aquí. Cinco años desde tu partida, cinco años¡cómo pasa el tiempo! Ojalá se inventasen escaleras para subir al cielo y darte abrazos fuertes, de los que me dejaban sin aliento. Es triste hablar en pasado porque sabes que no puedes repetirlo en un presente, pero más triste es aún, que todas las navidades no puedas volver. Deberíamos valorar más a esas personas que nos cambian la vida, a ese tipo de personas que te marcan, yaya.

Te quiero, de ida y vuelta a todas esas estrellas que te arrancaron de mis brazos, te quiero tanto que jamás podría olvidarme de ti, pasara lo que pasase.

¿Cómo va por el cielo? Por aquí abajo se nos verá como a hormiguitas y es cierto.
Odio el tiempo ¿cómo puede ser tan caprichoso? deberías haberte quedado mucho más,incluso más de lo permitido. Te echo de menos, bueno, te echamos de menos, todos y cada uno de nosotros.

Desde que te fuiste el mundo es más estrecho, más duro, más injusto, cuesta un poco más respirar.
Si tuvieras quedado todo se te hubiera hecho muy duro, no te hubiera gustado vivir estos tiempos, aunque te aseguro que nada se comparaba con los tuyos.
A veces noto como si estuvieras aquí, pero sé que por mucho que intente llamarte a casa, tu ya no vas a estar ahí. Ya no vas a estar, ya no estás. Ojalá hubiéramos podido hacer algo por ti, pero en aquel momento ya era imposible, lo peor fue ver como te apagaste de golpe,como ya no podías ni escucharnos, ni hablar.

Quiero que estés tranquila, todos estamos bien. Cinco años sin ti,sin tus besos, sin tu preciosa cara. Te echo de menos yaya. Sólo espero que el cielo te trate bien,espero que te cuide, y te trate como la reina que eres, espero que nos veas a todos desde ahí arriba y te sientas muy orgullosa mi.
Ya sabes que una parte de mí, se fue contigo aquella noche.
Siempre serás la luz de mis días y la estrella de mis noches.

viernes, 3 de octubre de 2014

La vida misma

A veces la vida me parece de lo más extraña. Un día aquí, otro allí. Somos como motas de polvo espolvoreadas por la superficie lunar, como pequeños insectos revoloteando sin sentido alguno por medio de la selva amazónica. Los seres humanos estamos hechos de piel y hueso...pero también de lluvia y de arena, de luz y de sombras, de sangre y azúcar, de viento y de llanto.

Nos componemos de saliva y quebranto, de miedo y sonrisa, de egoísmo, fuego, amor, deseos, abrazos e imperfección. ¿Cuántas veces hemos deseado volar? ¿Y ser diferentes? ¿Y ser felices? ¿como conseguimos serlo en aquella época de nuestras vidas?

Palabras que se las lleva el viento..y gente que se preocupa demasiado por todo. Personas que se matan entre ellas y parejas que se quieren pero que no pueden estar juntas.
Dictadores del siglo XXI y huelgas de hambre, horribles corridas de toros y despedidas. Gripe A, niños que sonríen y otros que no tienen qué llevarse a la boca.
Aquí y ahora. La vida misma..

miércoles, 13 de agosto de 2014

De vez en cuando



De vez en cuando, nos detenemos y miramos atrás. Nos saltan las lágrimas por todo lo duro que hemos caminado y la fuerza que usamos… Miramos lo que nos rodea. Vemos todo lo hermoso que se nos acerca, lo mucho que tenemos, lo que nos toca el alma y lo que nos la araña… Lo que abrazamos con fuerza, lo que nos da el sentido para habitar este cuerpo que a veces se cansa de andar pero que no se rinde… Y miramos hacia adelante.
A veces sólo hay que cerrar los ojos e imaginar lo que queremos…en algunas ocasiones, se coge con las manos y otras no puedes llegar a verlo.

sábado, 5 de julio de 2014

El Faro de mi vida



Y me llevo enredado en el alma tu recuerdo...

A veces, se me viste de luna, me sonríe a lo lejos, ilumina con su franja de luz el mar de mis ensueños.
Y me llevo enredadas en la piel las manos tuyas...
A veces, se me visten de mar, me acarician lentamente la piel, me suben poco a poco, me rozan las caderas hasta inundarme entero de caricias de sal.

Y me llevo enredadas en los oídos tus palabras...
A veces, están hechas de versos, a veces, son silenciosas y otras veces... se visten de fiesta para llenarme el alma. Y llevo enredado en los ojos una mirada tuya que me viste de beso.

En toda vida es necesario un faro... basta un sentimiento que habita en nuestra alma, basta haber acercado mi piel a tu piel, basta lo que queda dicho en un beso... para haber encontrado ese faro necesario en la vida

Son ráfagas, sólo ráfagas de luz y sin embargo...ya ves, las llevo enredadas en la piel y en el alma, sólo fueron ráfagas de luz y sin embargo... fueron suficientes para alumbrar el camino y fueron suficientes para encontrar el puerto donde atracar mi alma

A tí...
mi faro,
en esta mar de vida


lunes, 30 de junio de 2014

El llanto de la sirena


Un hombre puede conseguir ser un náufrago durante cien años y que la barba no le llegue hasta los pies. 
Pero conquistar a una sirena requiere el valor de un marinero audaz, sordo y ciego, la mirada de un seductor, la caricia sibilina de las algas silenciosas, el aroma de las azucenas de mar y un fondo musical de arpas submarinas. 
Yo no poseía nada de eso, y sin embargo, cuando deshilachaba las nubes del atardecer en la playa para tejer mis poemas, una sirena se acercaba a la orilla para escucharme. 
Las olas se aliaban con ella y lanzaban su espuma sobre mi cuerpo para apoderarse de mis versos. 
Cuando una ola más potente me arrastró hasta ella y rocé su espalda desnuda, encontré el tacto de mis poemas grabado sobre su piel.



lunes, 2 de junio de 2014

Vivir es fácil con los ojos cerrados



Decía John Lennon que “la vida es eso que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes” y quizás tuviese razón tal vez todo pueda ser posible en cualquier momento y situación, incluso cuando las condiciones que te rodean sean precarias o parezca que no hay lugar a la esperanza o el cambio, lo que convierte a la vida en ese milagro increíble que se repite cada mañana al abrir los ojos después de abandonar la oscuridad del sueño nocturno.

Hoy voy a escribir sobre la vida y lo más seguro es que esto no lo vaya a leer nadie, porque es sólo una reflexión de lo que significa la vida para mi, algo personal y muy difícil de transmitir , porque cada uno de nosotros tenemos una experiencia diferente,unas circunstancias y una biografía distinta que influyen en la forma en que contemplamos la existencia.


Sin embargo, escribir es en ocasiones nada más que la necesidad de expresar los sentimientos cuando estos colman el corazón, cuando rebasan los límites del cuerpo y quieren extenderse llevados por el viento , como dice la escritora Isabel Allende “escribo lo que llevo dentro, lo que voy cocinando en mi interior y lo expulso de mi cuando ya no puedo más “.Es extraño y a la vez conmovedor despertarte por la mañana, una mañana como otra cualquiera, sin nada particular que la distinga ni la diferencia de otras muchas mañanas de tu vida , que se confunden en la memoria sin que pudieras rescatar nada más que alguna marcada por un acontecimiento que la convirtió en especial. Pero descorres las cortinas, levantas la persiana, abres la ventana y un sol deslumbrante penetra hasta el fondo de tu habitación y le acompaña ese aire puro, que parece despertar también a la vida. En el cielo las golondrinas se persiguen unas a otras.

Imagino a las golondrinas repartiendo cartas de esperanza a todos los que las miran soñando en una vida mejor, lejos de los problemas de cada día, en un mundo donde las personas dispongan de tiempo para vivir y no sólo para existir, donde el día no se mida por las horas, por las obligaciones, sino por las ocasiones en que hemos podido compartir un sueño, por los momentos en que hemos reído juntos, por esos silencios entre tus seres queridos que tanto acompañan nuestra soledad porque no siempre es necesaria la palabra, la presencia es suficiente cuando dos personas se aman y ningún discurso tiene la fuerza poderosa e invencible de una mano en el hombro o de un abrazo que nos sumerge en el alma del otro.


El cálido astro rey esta ahí anunciándome que empieza un nuevo día, que estoy vivo y ,de pronto, soy consciente del aire que penetra en mis pulmones, de la sangre que se precipita por mis venas llenándome de existencia, de los latidos de corazón que me recuerdan que el mundo esta ahí , esperándome para que lo viva, que formo parte de esa obra maestra que es la naturaleza. No sabría definir ni con un millón de palabras lo que es la armonía, es diferente a la felicidad, a la alegría o al amor. Es tan extraño sentirla, es tan difícil capturarla aunque sea por un breve momento, que puedes llegar a pensar que no existe, y que tienen razón quienes dicen que hay que ser realista y olvidar los sueños de nuestra infancia es el camino correcto para convertirnos en personas responsables y útiles a la sociedad.

Y les escuchas, y vives pendiente de tus obligaciones, y te olvidas de como era el sol del amanecer, y como te reías cuando jugabas en mundos invisibles, y cuando te tendías en el suelo mirando el cielo y adivinabas las formas que se escondían tras las nubes , y cuando cerrabas los ojos por la noche, sin temor al futuro y sin que sintieras el peso del pasado y despertabas por las mañanas a un mundo siempre nuevo , sorprendente y lleno de promesas, cuando la sonrisa de ese niño que te hacía latir más rápido el corazón sin que supieras el motivo te llenaba de una alegría que desbordaba tu mirada e iluminaba cada paso . Pero nos olvidamos de ello ,y durante años permanece enterrado en los estratos más profundos del espíritu, allí donde apenas llega la luz, mientras las preocupaciones cotidianas , lo que llaman la realidad, habitada por las prisas, por la necesidad, por el deseo, por la angustia, convierte la vida en un escenario y a ti mismo en un actor en el que apenas te reconoces.

Pero esa vida que sentías de niño no muere, esos sueños, esa manera de sentir, esa alegría, esa armonía, siguen latentes en tu interior, esperando que le des una oportunidad para salir a la superficie y recordarte quien eres en verdad, que a pesar de todos los problemas, de todos los obstáculos, de los errores cometidos, de los sufrimientos padecidos, de los desengaños o de los sueños abandonados, de las heridas que a todos nos causa la vida , aún eres capaz de amar, aún puedes construir nuevos sueños, aún puedes emocionarte y llorar.

Porque vivir es fácil con los ojos cerrados...


domingo, 25 de mayo de 2014

Verdades que hieren, verdades que escuecen



Voy a decir algo que duele. Que escuece. Que araña. A veces, todo lo que nos pasa es porque nos dejamos. Todo lo que nos sacude es porque permitimos que nos sacuda. No siempre, pero somos lo que permitimos que los demás hagan con nosotros. Nos pisan si queremos. Nos tratan mal si nos dejamos… No nos respetan si no exigimos respeto. Da asco, cierto, aunque a menudo, con algunas personas es así.

Nos pasamos la vida dándoles a los demás permiso para que entren en nuestras vidas, hurguen en nuestras miserias y nos golpeen donde más duele. Nos creemos sus palabras. Escuchamos lo que dicen de nosotros y nos lo tragamos como una doctrina, como si lo que ellos ven en nosotros fuera todo lo que podemos ofrecer al mundo. Les abrimos las puerta y cuando entran en nuestras conciencias con malas maneras fingimos que no lo vemos, que no importa, que no pasa nada si no nos tratan como merecemos. Nos creemos que son todopoderosos y que pueden hacer lo que quieran con nosotros. La primera vez casi ni se nota, es imperceptible. Es una palabra fuera de tono, un gesto poco apropiado y desagradable. Admitirlo nos duele y lo dejamos pasar. Hasta que llega otra vez y otra y mil más. Y no te das cuenta y un día te levantas y no existes porque tú has cedido… Porque has dejado que otros lleven el timón de tus emociones y escriban el guión de tu vida.


A menudo esas personas nos importan y mucho. Si no nos importaran, su opinión no nos influiría ni podría dolernos. Sea amor o amistad… Les dejamos, les damos permiso para saquear nuestra dignidad. En nuestra fantasía, aspiramos a que un día se den cuenta de lo que valemos y de lo equivocados que están al no considerarnos. Que despierten y nos traten como merecemos, que vean lo que hemos hecho por ellos y sepan que podrían necesitarnos. Que nos tengan por iguales y no desprecien nuestros sentimientos e ideas… Eso sería lo justo, pero a menudo no es posible. No pueden añorar a alguien a quién no le han concedido el valor real que tiene. Si no se han dado cuenta ya es porque no saben, no son de esas personas que valoran a los demás por lo que son sino porque lo que pueden hacer por ellos. Alguien que te utiliza no está preparado para considerarte. Antes tendría que dejar atrás su corazón de niño egoísta y aprender a dar y compartir… Dejar de ver el mundo desde su ombligo y de existir sólo para él mismo. Si no te trata como mereces es porque no te merece… Y lo más curioso e irónico de la situación es que tal vez te necesita y mucho. No para cargar sus malos ratos ni aguantar sus gritos. No para escucharle las penas y buscarle soluciones. No para soportar sus desprecios. Necesita llegar a ti de verdad, no para pedirte que hagas nada por él sino para aprender de ti cómo se ama… Si no sabe querer no te querrá como tú necesitas. Si no se molesta en conocerte, nunca podrá echarte de menos. Saldrás de su vida buscando oxígeno y nunca sabrá lo que pierde. No volverá a ti para decirte que ha sido idiota. No se dará cuenta de que cada vez que te empequeñecía él mismo se convertía en diminuto… No sabrá qué ha pasado y te acusará tal vez de ingrato… Habrá tenido ante sí algo precioso y lo habrá tratado como algo utilitario, como una masa maleable de usar y tirar. No entenderá. No sabrá. No notará la diferencia…


Tú seguirás tu camino mientras intentas recordar que no eres lo que él vio en ti sino lo que no fue capaz de ver. Que no estorbas ni sobras. Que no sólo estás para escuchar y recibir malas caras. Que eres un ser humano entero y mereces ser tratado como tal. Te sacudirás la bruma de encima y decidirás que nunca más permitirás que nadie te trate así de nuevo.

Y puede que de vez en cuando sueñes que viene a ti. Que abres la puerta y su cara llorosa te pide perdón. Que por fin se ha dado cuenta. Que en algún momento llegaste a tocar su alma y algo tuyo se quedó prendido en él al menos el suficiente rato como para aprender a querer un poco…Que se obró el milagro y vulneraste sus defensas… Que hay esperanza y que tu amor le ayudó a ser mejor… Tal vez no pase nunca. Tal vez tú sólo seas un peldaño más de su particular escalera hacia un futuro planificado…

Ellos tienen que descubrir cómo se quiere cuando no se es el centro del universo. Duele, pero a veces pasa…


jueves, 15 de mayo de 2014

Sufrí lo que tenía que sufrir. Lloré lo que tenía que llorar.






Sufrí lo que tenía que sufrir. Lloré lo que tenía que llorar.

No me arrepiento. Esos espacios de aparente infelicidad son los futuros motores que te llevarán a entender, que eres mejor que las trampas de ése destino impredecible. Cuando fuiste empujado por la cruel indiferencia, aprendiste que es bueno medir tu entrega y dar lo que tienes a pocos.
Cuando alguien sacudió tu corazón con la intención de herirlo, te diste cuenta que duele, pero que después de ese apretón viene la calma, te relajas y sientes que ya todo pasó, sufriste sí; pero ahora eres consciente que fue un proceso más para comprender que los tesoros más grandes que guardas no se entregan a cualquiera.
Cuando alguien enjuició tu forma de amar, entendiste que no siempre todos conceptualizamos al amor en un mismo marco, hay personas que aman más, otras menos, pero cuando no hay equilibrio de dos, no hay nada. Si amaste más que el otro, ahora sabes que el amor como tal, es un círculo de etapas y todo es de dos, si uno corre y el otro sigue mirando a los costados con un caminar lento jamás llegarán juntos a la meta.
Pero ahora lo entiendes. Todo viene y va por algo, es un motivo para algo que se asoma. Vive los momentos que tienes, cuídalos como los tesoros más preciados, pero si se tienen que ir suelta tu mano y bríndale una firme despedida, con la convicción de que tal vez no volverán pero que cuando estuvieron junto a ti, aprendiste de ellos y ellos aprendieron de ti.


martes, 13 de mayo de 2014

Antes de que todo termine



Ama antes de ser amado. Ríe antes de que haga gracia. Baila antes de que la música suene. Siente lo bueno antes de que suceda.
Y cuando debas esperar, espera, pero espera con entusiasmo, sin apatía, mirándolo todo con ojos de niño curioso, con la sonrisa puesta y notando cada fibra de vida que roza tu cuerpo. Sin perder detalle, sin dejar de lamer la brisa… Sin perder la mirada de león hambriento, pero sin la angustia… Que tu silencio sea fácil de quebrar. Que te pille la risa facilona. Que la alegría encuentre un camino recto a tu pecho y tu cuerpo baile al primer compás de la música. Goza ya, porque sabes que lo bueno se acerca. Que esta espera deseosa ya es parte de la recompensa. No aparques la emoción para más tarde. No postergues tu dicha. Que hay prisa por reír y sentir…
Todo gira a gran velocidad, la vida en si va a una gran velocidad y cuando te des cuenta ya será tarde para volver atrás.


lunes, 7 de abril de 2014

Recuerdos a los que aferrarse si se acaba el mundo



Soñar que vuelas.

El vaivén de las olas rozando tus piernas en la playa.
La arena caliente de media tarde bajo tus pies y el sol que se retira hasta mañana cuando sabes que habrá más.

El primer día del verano más largo que recuerdas. Esa sensación de eternidad…

Todas las palabras que te han quedado en la punta de la lengua, a veces por suerte y otras veces por desgana…

Esa foto ya casi sin color que te golpea el estómago cada vez que la miras porque te sientes otra persona, en otro tiempo, con otra conciencia y otra mirada.

Ese beso que ensayaste cien veces y nunca diste, pero que sigue siendo tan tuyo como si fuera real.

Los cinco minutos después de saber que él también te quiere

Ese sorbo de agua fresca en el día más caluroso de tu vida.

Cuando todo tenía arreglo y parecía estar a tu alcance. Cuando te sentías inmortal.

Todas las pasiones de ascensor que has imaginado y que sólo son tuyas…

El día que fuiste capaz de pasar página y te sentiste grande. Lo poco que duró esa sensación pero lo inmensa que fue…

El final del día, ese color malva en el cielo y esa mirada en sus ojos

La punzada de ese momento en que supiste que ya no estaba y te diste cuenta de que la vida es cortísima.

Su olor en tu piel.

Todas las primeras tazas de café con leche de todas las mañanas de tu vida.

Todos los cuentos de todas las noches.Todas las lunas de fieltro y las montañas de cartón.


lunes, 31 de marzo de 2014

Los Amantes Canibales



Los amantes caníbales

Largos años han pasado desde que puse por primera vez el pie en mi querido Caníbal allá por el año 2000 con apenas 16 años, si en ese preciso instante alguien me hubiese dicho que 14 años después seguiría  frecuentándolo no hubiera dado crédito, pero lo cierto es que así ha sido y aquí me tenéis dedicándoos unas palabras ¿quien me lo iba a decir?



Entre las paredes de mi Caníbal se quedan impregnadas miles de risas, confidencias, amores, amigos, sueños, ilusiones,lagrimas de felicidad, alguna que otra lagrima de desamor y muchísimas cosas mas... una parte importante de mi vida se queda allí para siempre.


Si hecho la vista hacia atrás me quedo con todo lo bueno vivido y le doy las gracias a esas dos grandes personas que con el paso de los años día a día, noche a noche con el esfuerzo y con el sudor de su frente nos han ofrecido un lugar en el cual por unas horas desconectar de los problemas, de los malos rollos y sumergirnos en un mundo en el que cada cual, por unas horas, podía ser quien quisiera sin tener que esconderse sin necesidad se usar mascara alguna, en definitiva podía ser LIBRE.


De mi paso por Caníbal me llevo grandes amigos, entre ellos Rubén y Roland, agradecido por vuestra amistad por todo lo que hemos vivido juntos y por todo lo que nos queda por vivir aun. Gracias por abrirme vuestro corazón. Gracias Rubén por abrirme las puertas de tu casa y dejar que conozca a esa maravillosa familia que me han acogido con todo su cariño como si fuese uno mas. Te estaré siempre agradecido amigo.


Os deseamos de todo corazón que en esta nueva etapa de Caníbal seáis igual de felices que lo habéis sido en el pasado y que sea por muchos años mas y sobre todo que ese espíritu de caníbales permanezca por siempre, que se que así sera, porque al fin y al cabo todos somos:

"AMANTES CANÍBALES"


Os quiero.



jueves, 27 de febrero de 2014

Hubo un momento



Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a
sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.

Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor; y luego apareció esa
persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.

Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir; y conociste a ese
amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos.

Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna; y sin dejarte ni
siquiera entristecerte terminó en un abrazo.

Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo: y hoy te
sorprendes a ti mismo haciéndolo.

Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te
quedaste paralizado mientras alguien parecía leer tu corazón.

Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides
que un instante también puede cambiar tu vida y aún habrá momentos en que
lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.



ç"Todo lo que sucede, sucede por una razón"

domingo, 23 de febrero de 2014

Las Cosas que aprendí con la crisis



Las Cosas que aprendí con la crisis :

Que he perdido y voy a perder derechos y servicios fundamentales.

Que hay grandes poderes cuyos nombres jamás conoceré. Que soy un número, un código, un fideo Cabello de Ángel en una sopa inmensa.

Que puedo ajustar mis gastos hasta límites inexplicables.Que el dinero que llega por un lado, se va por otro a la velocidad de la luz. Que antes pagaba demasiado por mi comida en el súper y que ahora sobrevivo gracias a marcas que antes ni si quiera había escuchado. Que los que gritan aún saben menos que yo sobre cómo salir de ésta.

Que algunos políticos son como los chicles y se pegan en las sillas durante décadas.

Que los collares fabricados con macarrones son tendencia. Me he dado cuenta de que usar el bus en lugar del coche te permite leer y que, si pillas ventanilla, el paisaje es hermoso y puedes soñar un mundo. He aprendido que yo también puedo hacer un milagro con panes y con peces. Que la democracia agoniza y quien pone y quita gobiernos son los mercados, pero que por encima de todo y de todos está Angela Merkel. Y que aludir a su trasero en términos inaceptables se paga caro. He aprendido que cuando hace frío hace más frío. Que puedo vivir sin renovar mi fondo de armario.

Que aun me queda algún amigo.

Que algunos que parecían amigos, no lo eran.

Que no estoy solo en todo esto pero que eso no me consuela.

Que hay muchas personas que le sacan partido a la crisis.

Que hay muchas personas que luchan para salir de ella y lo consiguen.

Que soy más listo ahora que antes.

Que soy un economista brillante que saca cada mes una empresa a flote a pesar de estar en bancarrota.

Que contarlo, me calma un poco.

Que no me pienso callar.


4.814.435 millones de nauseas



Estamos a punto de volver a rozar la cifra de 5 millones de parados este año. Cinco millones de seres humanos con náuseas colectivas que empezarán el nuevo día suplicando oportunidades y rebajando sus expectativas hasta tocar el cieno.

Me gustaría pensar que con mucho, mucho esfuerzo llegarán a su meta. Me gustaría por ellos y por mí. Lo vivo cada día.

Y luego miro el periódico y leo sobre otro ERE y ojeo la noticias y recibo un nuevo zarpazo en el estómago. Me invade un desasosiego intermitente, un balanceo que va del “de ésta no saldremos” al “si queremos, podemos”.

Tanto desayunar crisis, no puede ser bueno-pienso. Nos vacía la mente de ganas y nos aísla del mundo, de las palabras… de preguntar a los que conocemos cómo les va la vida e interesarnos por nada más que no sea pagar facturas. Nos la tragamos cada día como quien moja la porra en el café con leche y se ha convertido en pegamento.

Casi estoy convencido… y pienso en los cinco millones de nuevo. ¡Cinco millones! Algunos de ellos condenados a jamás reengancharse a una vida laboral, por edad, condición o formación.

Me duelen en el alma. Tienen sueños, tienen ilusiones, tienen vidas y familias y merecen cerrar los ojos cada noche con un poco de paz, sin pensar que no saben qué penalidad les depara mañana.

¿Los estamos ayudando a reciclarse? ¿les damos ánimos? ¿les contamos qué opciones tienen? ¿les instamos a no desfallecer? O solo les subsidiamos con miseria y les convertimos en número.

Cinco millones. ¿lo damos por hecho y no nos revolvemos siquiera en la silla? ¿no nos araña el alma? ¿vamos a dejar que la bolsa de miseria se engorde hasta reventar?

Hacen falta cinco millones de ideas para evitar cinco millones de tragedias.


miércoles, 5 de febrero de 2014

Palabras..



Cien mil palabras. Las que me quepan en un vida, larga o corta, espero que lo primero… No tengo ganas de partir sin haberlas dicho todas. Y que me de tiempo a contar historias y cerrar heridas. Cuando me aferro a las palabras siento que floto, que todo encaja y toma forma.

Parecen muchas, pero son pocas. Se me quedarán cortas. Lo veo venir. A todas ellas las llevo dentro y claman esperando salir. Y cuando salgan, habrá más. Llegarán otras pidiendo paso y acurrucándose en mis esquinas. Formarán una marea enorme que pasará por encima de todo.

Las necesito. Necesito muchas palabras para describir el amasijo de emociones que arde entre mis paredes. Quiero usarlas para seguir mi camino y explicar lo que me retuerce y salpica, compartir mi esencia, derramar mis temores hasta que se hagan añicos y desaparezcan. Necesito palabras como el aire que respiro. Busco palabras que nadie jamás haya dicho para conseguir que pasen cosas que jamás han sucedido. El murmullo que forman todas ellas encerradas en una antesala de mis labios, de mis dedos antes de teclear, es a veces un grito, un canto, una sirena atrayendo a los marineros con su dulce voz hacia su fatal destino.

Quiero rebuscar entre mi baúl de palabras para acariciar conciencias, empezando por la mía, y cambiar la rutina. Darle la vuelta a pequeños mundos contenidos en éste que pisamos y que a veces parece inabarcable y otras diminuto. Y siempre falto de cariño, de risa, de sorpresa. Nuestro mundo toma forma con las palabras que elegimos para describirlo. Nuestro rostro es como decidimos llamarlo. Nuestra vida es todos y cada uno de los adjetivos que escogemos para hablar de ella… Somos nuestras palabras.

Y yo las busco incansable porque creo que si encuentro las correctas serán el detonante para ponerme en marcha. Para activar un mecanismo que no tenga marcha atrás. Para no olvidar nunca todo lo bello, todo lo importante, todo lo esencial. Palabras que me recuerden quién soy y lo que no estoy dispuesto a sacrificar. Palabras capaces de amar al ser oídas, de sofocar llantos, de hacer crecer raíces y brotar tallos con su sola mención. Sin duda, busco palabras ambiciosas.

Nada cura tanto como decir en voz alta lo que te duele, que algo te abrasa. Que llevas una verdad dentro que quema y que cada noche cuando duermes sueñas que sale y descansas… Es sólo sueño… Amanece y esa palabra está por pronunciar. Cada palabra pendiente es una bala en el pecho.

Nada alivia tanto al alma como un verso, un pequeño párrafo, incluso una sola palabra. La justa, la medida, la necesaria. Una palabra, a veces común, a veces extraña, que explique cómo estás por dentro, cómo buscas la salida y la puerta se cierra si no logras pronunciarla.

Vamos justos de tiempo en la vida, el mundo gira, el momento pasa. Y si no encuentras la forma, el pez se queda en la arena intentando volver al mar y perece.

Nada calma tanto como sentarse y ser capaz de encontrar la manera de explicar lo que sientes. Aunque sea un susurro, un leve gemido, aunque nadie oiga nada. El mundo está sordo, a veces. No escucha si lloras, sólo te busca cuando cantas… El mundo gira, el tiempo se escapa. Nos rodean personas que también buscan palabras.

Nada tan agradable como oír la palabra que deseas de quién deseas que te hable. Y notar como esa sola palabra te llena, te recorre el cuerpo con un calambre dulce y te saca las espinas clavadas y las lágrimas contenidas esperando rodar.

Cien mil palabras acumuladas buscando labios, buscando oídos, buscando páginas. Vagando por mi cabeza, esperando flotar y que las deje salir y rondar en otras conciencias, otras cabezas, otros sueños.

Palabras imprudentes, algunas. Lo reconozco. Siempre preferí pasarme que quedarme corto… Palabras mordaces. Palabras cargadas de ironía, de cansancio acumulado, de polvo o de escarcha en invierno frio que parece que no acaba.

Palabras ridículas . Palabras sencillas. Palabras calmantes, impertinentes, sarcásticas, dulces, cariñosas, seductoras, divinas y humanas, palabras cargadas de sueños inconfesables, palabras de lluvia, de sol, de niñez y de fantasía absurda. Palabras picantes. Palabras amables. Palabras locas…

Cien mil palabras. Se me van a quedar cortas. Lo sé…

jueves, 30 de enero de 2014

Te pido la luna



Un amigo es aquella persona que escucha y pide que le escuches, que te quiere y hace que te quieras… Al que no hace falta decirle nada cuando estás mal o tienes el corazón doblado… Lo sabe, lo intuye al verte, te sondea con la mirada. Sencillamente, te acercas y con la expresión de tu cara ya sabe que necesitas saber que está ahí, aunque sea para darte silencio… Para que notes que hay un pequeño reducto donde puedes estar tranquilo y yacer sin contar nada, ni responder a preguntas incómodas. Un pedazo de cielo… Eso ya es el cielo.

Alguien que te será leal cuando el resto se sumen a la marea de críticas por miedo, por ignorancia o por tendencia. La gente se apunta a todo, incluso a sabotear a los demás, sin razón aparente porque tienen pánico a dejar oír su voz o sentirse diferentes.

Un amigo es aquel que no teme ser diferente por estar a tu lado. Aquel que no teme que le señalen por estar contigo. Si tienes una relación así, no pidas más, lo es todo… Eso ya es la perfección.


Las relaciones son como los puentes, estructuras pesadas sobre un río caudaloso cuya solidez depende del ímpetu del agua, del paso de los transeúntes y de los materiales con que se ha construido. Las falsedades y engaños son materiales vagos, flojos, no aguantan los embates propios de los malos momentos… Y siempre hay malos momentos porque todo pone a prueba nuestro cariño. Momentos sordos, momentos de pánico y tensión. Tomamos una cuerda frágil, a veces y cada uno la tensa, hasta que sangran las manos y se pierde el sentido de todo… Hasta que te obcecas más por vencer que por reconciliarte. Hasta que ya no sabes qué defiendes y vas a aniquilar al contrario, que hace unos minutos era parte de ti. Aunque… Bajamos tanto el listón a veces para no quedarnos solos, para que nos quieran… Parece que pidamos limosna de cariño y acabamos aceptando, comprando una idea de amigo que parece un regateo. Los amigos no juegan contigo para aumentar su ego. No te hunden para sentirse por encima. Un amigo es alguien que se plantea siempre si con sus actos puede hacerte daño y busca la manera de hacerte bien… Que respeta tus silencios y tus palabras, que sabe que vas a equivocarte, pero tiene claro que te perdonará. Y que espera lo mismo por tu parte.

No se trata de que nuestros amigos sean de esas personas capaces de conseguirnos la luna, sino que sean de esos que sin saber cómo harán lo imposible para traérnosla… Aunque al final no puedan. Eso ya es la luna…


sábado, 25 de enero de 2014

En tu bolsillo...



Necesito tu compañía en este tramo del camino.
Necesito contagiarte mis risas y abrazarte cuando tirite de frío. Cuando no pueda levantarme apenas porque me duela el alma o me falle el cuerpo, te pediré que me tiendas la mano para sujetarme y que me recuerdes el rumbo. Cuando me sobren energías y esté harto de lágrimas, secaré las tuyas y te recordaré que todo lo puedes, si todo lo luchas y todo lo buscas. Repetiré tu nombre en voz alta y en seguida recordarás el hambre constante que tienes de superarte. Te dibujaré en la mente de nuevo el día que soñaste que podías, para que lo atesores y no desfallezcas… Y te diré que lo conseguirás, sabiendo que si no sucede, te recogeré del suelo, te curaré las heridas y te diré que no pasa nada… Que mañana lo intentaremos de nuevo, de otra forma… Que no se me acabarán las ideas, que me sobrarán las ganas que a ti te faltan si te hundes. Que donde no lleguen las fuerzas, llegaran las locuras… Que no desistiré ni saldré corriendo a pesar de tener miedo, digan lo que digan… Estaré siempre, siempre… No me asusta esa palabra ni lo que conlleva.


Y que voy a estar ahí el último día suplicando que no sea el último.

Y pido mucho a cambio. Lo sé.


Quiero tus ojos cuando no pueda mirar lo que me espera y tus oídos para que me escuches si necesito calmar mi sed de vida con palabras, si mi pecho necesita vaciarse contándote mil historias. Quiero tus manos para enderezarme, si me aparto de mis sueños y me dejo llevar por estupideces.

Quiero que me arrastres al agua si estoy seco y me apartes del fuego cuando vaya a quemarme. Y que me digas lo que piensas, aunque duela… Sobre todo si un día no merezco el respecto de tu mirada.

Y cuando pase el tiempo y me haga anciano, si me encojo y me hago pequeño, me tomas en tus manos y me llevas en tu bolsillo. Que te note cerca y seas mi consuelo.