Hubo una vez dos mejores amigos. Eran
inseparables, eran una sola alma. Por alguna razón sus caminos tomaron
dos rumbos distintos y se separaron.
-Yo nunca volví a saber nada de mi amigo hasta hace unos años atrás, después de casi 15 años iba un día caminando por la calle y me encontré a su madre. La saludé y le pregunté por mi amigo. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró a los ojos diciendo: murió ayer... No supe qué decir, ella me seguía mirando y le pregunté cómo había muerto.
-Ella me invitó a su casa, al llegar allí me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida, siempre jugábamos ahí mi amigo y yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara?, sí, lo sé, igual que la tuya...
-Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor que era un vagabundo.
-Mi hijo, como te acordarás, era muy cabezón, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos, él decía todas las noches: no lo busqueis, estoy seguro que mañana vendrá... Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla dónde estás tú sentado y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente.
Así acabó su vida y en la última noche de vida, estaba muy
mal, y sonriendo me dijo: madre mía, yo sé que pronto mi amigo vendrá,
pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón.-Yo nunca volví a saber nada de mi amigo hasta hace unos años atrás, después de casi 15 años iba un día caminando por la calle y me encontré a su madre. La saludé y le pregunté por mi amigo. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró a los ojos diciendo: murió ayer... No supe qué decir, ella me seguía mirando y le pregunté cómo había muerto.
-Ella me invitó a su casa, al llegar allí me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida, siempre jugábamos ahí mi amigo y yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara?, sí, lo sé, igual que la tuya...
-Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor que era un vagabundo.
-Mi hijo, como te acordarás, era muy cabezón, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos, él decía todas las noches: no lo busqueis, estoy seguro que mañana vendrá... Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla dónde estás tú sentado y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente.
-La madre de mi amigo se levantó y me entregó la nota que decía:
-Amigo mío, sabía que vendrías, has tardado un poco pero no importa, lo importante es que has venido. Ahora te estoy esperando en otro sitio espero que tardes en llegar, pero mientras tanto quiero decirte que todas las noches rezaré por ti y desde el cielo te estaré cuidando mi querido mejor amigo. ¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos? sí, fue porque no te quise prestar mi pelota nueva, jaja, qué tiempos... éramos insoportables, bueno pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste mucho. Te quiere mucho: tu amigo por siempre.
'No dejes que tu orgullo pueda más que tú corazón...
La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final'
La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final'
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