El verano llegó de pleno, y con él el intenso calor que
los diferentes informativos se empeñan año tras año en convertir en
noticia. ¿Calor en verano? ¿Frío en invierno? ¿Alergia en primavera?
¿Caída de hojas en otoño? cada trimestre nos avasallan con noticias de
semejante calibre... y siempre es "el que más": "Este año será en el que
más gripes haya", "Estas vacaciones habrá más desplazamientos por
carretera"...
Creo que a medida que nos
vamos haciendo mayores nos gusta menos el verano, o por lo menos
soportamos menos el calor. Aunque siendo objetivo, cuanto menos jóvenes
somos menos aguantamos todo: el frío, la lluvia, los cambios de
temperatura. Si usted, querido lector, se fija en los comentarios de la
gente, verá que nunca está contenta con nada. Si llueve se quejan de
que no pueden salir a la calle como les gustaría. Si no llueve dicen
que es un desastre, que nos vamos a quedar sin agua. Si hace frío
maldicen que queden meses para el verano, para las terrazas, para ir a
la playa. Si es verano agonizan por esa ola de calor "subsahariano"...
el caso es echarle la culpa a los demás. Si nieva contemplarán los
copos caer durante 30 minutos, encantados. Pero cuando salgan a la
calle las goteras y los resbalones harán que cambien de opinión.
Esta
reflexión tan simple me viene porque me aburren hasta el bostezo los
Informativos que día a día abren sus espacios con el termómetro de la
Plaza de España de Sevilla, con 2 ó 3 topless tomando el sol, con la
familia entera y sus tupperware en la playa (¿se escribe así?, no me
apetece comprobarlo) y con declaraciones exclusivas del pueblo llano y
soberano corroborando con tintes heroicos lo que todos sabemos: que
hace calor.
¿Volverán los periodistas a
ejercer como tales algún día y no como simples bufones al servicio de
unos directivos a los que lo único que les importa es incrementar la
audiencia? Matías Prats (el auténtico) se estará revolviendo en su
tumba al ver como su hijo, de mismo nombre, se dedica media hora cada
noche a contarnos noticias tan importantes para el devenir del mundo
como que una señora ha cumplido 107 años, que se ha establecido el
Guiness de quien hace la empanada más grande o, cómo no, que a un
hombre le ha llegado por error una factura telefónica de 6.000 euros...
espeluznante, no hay duda.
Y es que el
pueblo "tan comprometido" no quiere que la comida se le atragante.
"Bastante tenemos como para encima que nos cuente malas noticias" es la
frase por excelencia, así que ya saben, pongan Antena 3, Telecinco o
La Sexta y disfruten de los magazines que han sustituido a los
informativos.
Con esta reflexión llego a la conclusión de que haga frío, nieve, truene, relampaguee nunca estaremos conformes con nada pero va en la naturaleza propia del ser humano..Somos Inconformistas por naturaleza.
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