Reloj

lunes, 15 de julio de 2013

Reflexión sobre el acoso escolar

El Caso del joven "Jokin Ceberio"

Jokin era un joven de 14 años residente en el Pais Vasco, España.
La noche anterior le había dicho a su mejor amiga "mi reina, yo ya no pinto nada aquí" y puso en Internet el siguiente lema "libre, oh libre seré aunque paren mis pies".

Jokin pidió permiso a la profesora para ir al baño, se encontraba con dolor de barriga y no podía esperar a ir a casa. Salió de la clase y se dirigió al primer cuarto de baño que vio, la puerta estaba cerrada. Fue a otro, después a otro. Su desesperación fue en aumento según iba viendo que todas las puertas estaban cerradas.

No pudo evitarlo, notó un olor fétido y toco los pantalones. Se había hecho de vientre encima. La diarrea le había vencido.
Lo peor llegó cuando le vieron los compañeros de clase. Se comenzaron a reír de él haciendo alusión a su situación. Varios de sus compañeros de clase comenzaron a burlarse de él a lo largo de aquel año, a darle las primeras collejas, insultarle y hacerle el vacío en los recreos.

Durante todo el verano Jokin había sufrido algún intento de agresión y constantes insultos cuando iba por la calle. Durante el primer día de clase, el día 14 de septiembre, le sometieron a una brutal paliza consistente en collejas y bofetadas. Al día siguiente no se les ocurrió otra idea que coser a balonazos al pobre Jokin.

Pero quizá el día más humillante fue el 15 de septiembre. Ese día se conmemoraba el aniversario de la "cagada" de Jokin.Perdonar la expresión pero hay que ser muy hijo de puta para hacer lo que aquellos jóvenes hicieron ese día. No se les ocurrió otra cosa que llenar toda la clase de papel higiénico y cuando Jokin entró al aula le tiraron rollos de papel higiénico

Imagínate la situación. Jokin muerto de vergüenza y de miedo, recogiendo el papel higiénico, llorando interiormente y posiblemente con los primeros pensamientos sobre lo que iba a hacer.Esto ocurrió un miércoles. El jueves y el viernes no volvió a clase. En casa tampoco estuvo. Probablemente se fue a recorrer con su bicicleta el bonito pueblo de Hondarribia y, quien sabe, a inspeccionar la muralla. Quizá buscó algún lugar donde no le pudieran encontrar cuando todo hubiera acabado.

Tanto los padres como el propio instituto le permitieron ausentarse el lunes 20 de clase. Iban a hablar ese día con la otra parte, con los agresores y sus padres. Algo que me impacta es que durante esos días le dijeron “el martes llévate el móvil, por si tienes problemas”. Yo me pregunto ¿no hubiera sido mejor la expulsión de los alumnos agresores?

Aquella tarde fue cuando tuvo la conversación con su amiga y la dio a entender lo que iba a ocurrir. Surge una pregunta ¿por qué esta chica no llamó a nadie? ¿No avisó a nadie de lo que podría ocurrir? Seguramente no creía que nuestro chico fuera capaz de llevar a cabo sus planes.
Llegó la hora. Eran las 6 de la mañana. Salió de su habitación con gran disimulo y fue al lugar donde guardaba la bicicleta. Salió a la calle y recorrió las calles hasta llegar a la gran muralla. Miro hacia arriba y después se dirigió a la zona más alta de la muralla. Empezó a correr y saltó. Libre, oh libre seré cuando paren mis pies. Había dejado escrito este mensaje pocas horas antes. Quizá nadie pudo captarlo, es posible que nadie vio que iba a capaz de suicidarse. Puede ser que quienes sabían de su sufrimiento creyeran que iba a buscar ayuda.

Era solo un niño, tenía tan solo catorce años. Desde pequeño había estado acostumbrado a los mimos de sus padres, de su hermano y del resto de la familia. Era un chico sensible, con un gran corazón. Buen amigo de sus amigos y cariñoso. La hora del fallecimiento fue a las 7 de la mañana, probablemente poco después de que Jokin saltara por la muralla.

Un detalle preocupante es que 3 de los 8 chicos que acosaron y maltrataron a Jokin hasta la muerte son hijos de profesores de ese mismo instituto. ¿Qué clase de educación puede dar a unos niños alguien que no es capaz de educar a sus propios hijos? Además, era sabido en todo el instituto lo que estaba padeciendo Jokin ¿por qué aquellos padres-profesores no hicieron nada? Seguramente por que ¿Cómo iban a admitir que sus propios hijos eran una banda de mafiosos?


Con todo esto llego a la conclusion que a esta jodida sociedad le queda aun mucho por avanzar para que estos casos no vuelvan a repetirse. Yo mismo he sufrido en mis propias carnes el temor del que es acosado a diario en el colegio. No sabes lo que te espera cuando llegues, que broma macabra habrán dispuesto para ti esos desarrapados?? Por eso se que no es fácil lidiar con todo esto y el apoyo de los padres es fundamental para darse cuenta a tiempo....antes de que sea demasiado tarde y el daño ya sea irreversible.
Queridos padres, profesores y trabajadores de los centros docentes presten mas atención a sus alumnos, sean mas humanos, no permitan ni una sola muestra de acoso. Necesitamos cambiar esta sociedad y si no es entre todos nos quedaremos anclados en una época que ya quedo atrás.




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